martes, 1 de abril de 2008

Capitulo 1 - Así empezó todo.


Comenzó con un bulto de metro y medio de largo, metro de alto y unos treinta centímetros de ancho, en mi mano derecha, caminaba entrando al terminal de buses de Viña del Mar. En mi espalda llevaba una mochila de gran tamaño de aproximadamente veinticinco kilos llena de cosas, y pensaba … ¿que cresta estoy haciendo?, al mismo tiempo una risa que venia de mi interior, me llenaba de nerviosismo y alegría.
Quizás Rodrigo trae menos peso pensé … y en el otro extremo del terminal lo divisé. Una mirada, una sonrisa y un movimiento lateral de cabeza lo dijo todo, cagamos jajaja, el venia con su bulto en mano derecha y gran mochila al igual que yo, estábamos en lo mismo, y ya no había vuelta atrás. Quedaban pocos minutos para subir al bus en dirección a Puerto Montt, el inicio de la Carretera Austral.
Toda esta locura comenzó en Tierra del Fuego. Era la ruta de regreso de un largo viaje, nos habíamos separado de nuestro compañero Tomas, ya que en ese viaje partimos 3 (Tomas, Rodrigo y yo Rafael) eramos mochileros. Estaba con Rodrigo en medio de la nada, en el “cruce de Onaisin” en medio de la tierra del fuego, donde el asentamiento humano mas cercano era la cuidad de Porvenir ubicada a cien kilómetros al oeste de nuestra dirección, en un camino de tierra infinito hacia el horizonte, donde la vegetación eran solo pequeños arbustos, y algún otro árbol que osó levantarse por sobre la tierra que sin duda recibió la inclemencia del viento, dejándolo como la foto de una bandera flameando.





Por ahí caminábamos luego de hacer dedo en la aduana de San Sebastián, donde fuimos acogidos muy amablemente por nuestros compatriotas en la frontera. El encargado de la aduana nos dejo dormir en un sector tranquilo con una mesa de ping pong que nos separaba de la sala donde se realizaban los tramites, nos invitaron café, sándwich, y conversaciones entretenidas.
Como olvidar el comentario del policía: “mira ese pájaro reculiao liiiindo” jajajaja que manera de reír. Ese día en la mañana el policía le dijo al conductor de una van repleta de turistas franceses de 3ra edad, si tienes espacio debes llevar a estos chicos hasta el cruce de Onaisin. Efectivamente tenia espacio y nos llevaría, el policía nos dice: tengan cuidado en el cruce, que no hay semáforo y los pueden atropellar, con una ironía tal que en ese cruce con suerte pasan un par de autos al día. Antes de subir nos dice, tomen cabros, lo que le pude sacar a ese weon del SAG, y nos entrega una bolsa con frutas y comestibles que el “weon del SAG” había confiscado por las estrictas medidas sanitarias que posee Chile, en el ingreso de material biológico




Así nos dejaron finalmente en el cruce donde nos propusimos caminar 50 km cada dia, para alcanzar la ciudad de Porvenir. Lamentablemente con lo rápido que fue el tema de abordar la van de los franceses, subimos sin cargar agua, y toda el agua que teníamos, para 2 días de larga caminata, eran apenas: medio litro. Con Rodrigo nos miramos y … sabíamos que con esa cantidad de agua no llegaríamos, pero … en fin, guardamos el agua y continuamos el camino.





En el borde del camino había una reja, la cual estaba parcelada y existían marcas cada 100 metros, con lo que calculamos nuestra velocidad, íbamos a 6 kilómetros por hora, velocidad increíblemente rápida tomando en cuenta el peso de nuestras mochilas y el viento en contra, que permitía inclinarse hacia adelante como Michael Jackson.
Luego de una hora de caminar vimos un gran charco de agua, que evidentemente era de agua de lluvia. Y sin pensarlo mucho, con otra botella recogimos un litro de esta agua dudosa, ante la cual dijimos … solo en caso de emergencia y para cocinar. Ya podíamos sentir la hepatitis o alguna bacteria jajaja, ojala no tengamos que tomar esta wea pensábamos.
Luego de otra hora de caminata volvimos a detenernos exhaustos, a comer una manzana que nos habían regalado en la aduana, y a lo lejos desde el horizonte se acercaba algo, mas pequeño que un auto y sin levantar polvo. Nos detuvimos a observar que cosa era y divisamos a 2 ciclistas, los cuales acercándose respondieron a nuestro saludo levantando su mano y pasaron increíblemente rápido al lado de nosotros, casi como en una carrera de fórmula 1 cuando pasan los autos cerca de una cámara fija, buuuuummmmmmmm, un segundo después y simultáneamente dijimos, ¡esta es la mano!, esto tenemos que hacer, con una bicicleta podríamos pedalear 100km sin problemas en un día! Y no tendríamos que esperar autos para hacer dedo … las alabanzas a la bicicleta continuaron por largo rato.



Fue ese día y ese momento en el que tomamos la decisión, el próximo viaje va a ser sobre dos ruedas.
Finalmente luego de unas 4 horas de caminata, descansamos en una roca en una pequeña colina, nos sentamos cada uno mirando el camino uno hacia el este y el otro hacia el oeste para divisar si venia algún vehículo. Nos quedamos dormidos, y en eso de abrir los ojos, pensando que era un sueño vi unos camiones que venían en dirección a Porvenir, pero no reaccioné, fue Rodrigo quien me dice, Rafa weon! Vienen unos camiones, y como de un resorte saltamos al camino a hacer dedo, eran 2 camiones con 3 pisos de corderos cada uno, los cuales nos llevaron a Porvenir, donde al día siguiente nos encontramos con nuestro amigo Tomas, quien venía por otro camino mucho mas largo con otra historia literalmente increíble.




Pero lo que sacamos en limpio fue: La bicicleta.
Así, dos años mas tarde aquí nos encontrábamos, en el terminal de buses de Viña del Mar a punto de iniciar una nueva aventura, con nuestra querida mochila y una bicicleta que cargar por ahora, porque sería ella la que nos cargaría por mas de 1 mes en la carretera.


Links:
Ruta Aduana San Sebastian a provenir: http://www.bikemap.net/route/543842

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